Entradas

Mostrando entradas de abril, 2019

ZAPATOS

Estos zapatos me están quedando chicos.   Son los que me regaló mi madre y me gustan.    Cuando voy por la calle de vez en cuando    piso algún chicle sin sombra. Parece que son inmunes a la vida. Son azules mis zapatos, me quedan chicos pero me gustan. Ayer me quedaban grandes. Escuché a mi padre llorar, encontré sus lágrimas. Me fui a dormir. Y hoy, de la nada, me los habían cambiado. ¿Será que el corazón cambia cuando se parte? 

[DESDE ENTONCES...]

Desde entonces, la rutina me sabe a muerte. El aire en las calles hace paradas continuas asfixiando a la gente que vive para trabajar y trabaja para vivir. Por eso nuestras voces hacen eco entre la muchedumbre y la gente adinerada. Desde entonces, no hay un solo numero creado por Dios que no tenga un propósito. Y a decir verdad, creo que corrí con suerte: olvidé que mi madre me enseñó a contar.

EL ENCUENTRO

El teatro es un encuentro. Jerzy Grotowski Libres aquellos que emergen del rostro invisible y atado a las letras del dialogo. Esos son animales; los ojos que miran la escena hecha carne y piel por encima de nuestras cabezas. Dichosos los que con sangre suspiran para expandir pulmones bidimensionales. Y pobres aquellos que nunca en su vida han respirado por otras bocas que no serán las suyas.

Juicio.

Nunca he cuestionado a los dioses. Al hablar de homosexuales y de tiempo pareciera que algo me carcome los pies, y mi madre nunca me ha cuestionado, por ejemplo, el método para reconstruirme. Ayer le dije a mi mujer que la amo, y no sé si Dios se esconde detrás de nosotras. Sí es así, entonces, es él quien grita cuando nos besamos, es él quien me abraza frente la iglesia y es él quien me aplasta como a la hoja muerta de los árboles. Es quien cicatriza el agua de vino en mis senos y manda la lluvia en las voces febriles de la gente que me juzga.

10.18

Cada palabra: un abismo. Es agosto.                        Agosto es impaciente. Le habitan precipitaciones.                                              Los relojes me hablan. Desaparece tu rostro de mi ventana. Se precipita también mi cuerpo, me embriago de neuronas – anales, viscerales, terrenales –                                               y escupo tus besos a través de mi piel. Ahora mi corazón     ...