MUERTE PRENATAL


De lenguajes al revés
aprendí a decodificar mis sueños.

Primer Acto:
Cuerpo flotando en el mar con no recuerdo que ropa, pero con un miembro genital que no le pertenece. Abre los ojos y se coloca el rostro en posición de asombro. A un lado una torre-boya gigante es rodeada por naves espaciales. Se desconoce el planeta de origen.
Segundo Acto:
Cielo color rojo. Estrépito de olas, que no son olas, son solo luchadores de Sumo, o así se sienten. El cuerpo escucha gritos, logra ver a su padre, madre y hermanos. Pero todos sabemos que por más rápido que se nade, en el mar, nunca se llega a ninguna parte.
Tercer Acto:
Bolas de fuego caen de las naves junto con monstruos que no parecen ser de la misma especie. Hay de todo: gorilas gigantes, monstruos de mar del tamaño de diez ballenas, pulpos colosales sacados de una serie para adultos de personajes amarillos y uno que otro megalodón. 
Cuarto Acto:
El cuerpo decide ser el héroe que rescata a la familia. Sube a la torre-boya pero no se da cuenta de que uno de los pulpos gigantes cae sobre él. Muere. Todo reinicia.

(Breve receso de 0.00000065 segundos de muerte prenatal)

Primer Acto:
Se desconoce el planeta de origen. A un lado una torre-boya gigante es rodeada por naves espaciales. Abre los ojos y se coloca el rostro en posición de asombro. Cuerpo flotando en el mar con no recuerdo que ropa, pero con un miembro genital que no le pertenece.
Segundo Acto:
El cuerpo comprende que todo se repite, que en el loop siempre hay otra oportunidad. Toma valor y sube a la torre-boya. Esquiva al pulpo gigante. Llega a la cima. Toma a sus hermanos y tres segundos después, un helicóptero que se incendia les cae encima. Todos mueren. Todo reinicia.

(Breve receso de 0.00000065 segundos de muerte prenatal)

Primer Acto:
Abre los ojos y se coloca el rostro en posición de vetealamierdasueñopendejo. Toma la decisión de abandonar a los hermanos y nadar hacia la orilla. No nada, aparece.
Segundo Acto:
En la orilla todo el caos parece lejano. Solo hay estática. El cuerpo respira y como puede se incorpora y encuentra refugio en una casa de campaña que al principio se veía como una buena idea.
Tercer Acto:
El viento es lo único que se oye, los monstruos descansan en sus naves espaciales y comen palomitas de queso subsidiadas por el gobierno de México: hay un poco de morena en toda su conducta. El cuerpo reza. No sabe a quién, pero reza.
Cuarto Acto:
El motor de una avioneta despierta al cuerpo y éste sale de la casa de campaña para encontrarse con su padre, madre y hermanos, vivos. Ellos le gritan que corra y suba al avión miniatura para que puedan escapar y sobrevivir. Sin pensarlo dos veces, lo logra.
Quinto y último Acto:
A duras penas la avioneta puede separarse unos centímetros del piso mientras a la distancia se avecina una horda de alienígenas sin actitud de cooperar, enfurecidos y con los dedos manchados de queso. El momento es crucial, el padre del cuerpo logra hacer despegar, por fin, la avioneta que, para ese entonces, habría perdido más del cincuenta por ciento de su hojalatería. Se detiene la estática.
Epílogo:
Una avioneta volando. A la derecha, un mar infestado. A la izquierda, una ciudad destruida.


De lenguajes al revés
todo parte y reinicia.
De lenguajes al revés
la otredad te multiplica.

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