A ti.

Todo lleva tu nombre.
Y aún así, no eres dueña de nada...
Más que de mi.
Los colores huelen a ti.
En la mañana, en la tarde, pero sobre todo, en la noche.
A ti, a flores.
A ti, a vida.
A ti, a sueños.
A ti, a vainilla.
A ti, a tiempo.
No hay nada de éste momento
que no ocupe todo en mi.

Yo ya te quería sin saber de tu existencia.
Porque contigo no hay muros,
Tu voz respira en mi pecho.

Quiero olvidar donde termina mi mano,
Y comienza la tuya.

Hazme saber, en tus ojos,
que no hay dudas,
ni un minuto ni una cifra,
ni un solo instante vacío,
de olvidar que estoy aquí, junto a ti.

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