La Caja Turbia

Dosifica tu respiración por encima de mi cuello, por encima de mis besos, por encima del silencio. Es áspera la luz, cada vez que entrecierro mis ojos ciegos, y te busco, y no te encuentro. Dosifica tu regreso. Acariciame con tu ausencia, serename las tardes de dolor y cobrame cada una de las deudas que te debo; Los besos, los reclamos, los abrazos, las lágrimas, los te quiero.... Cobrame cada una de las promesas que nunca cumplí. Dosificame la vida, que se me quiebra entre cada palabra, que se me evapora entre cada suspiro, que se me va cada mañana, cuando despierto y no te veo.

Aun no entiendo por que sigo viendo tus fotos. Por que regreso al mismo lugar de donde te encontré. Aun no entiendo, no entiendo que haria en estos momentos si no estuviera mirando recuerdos viejos y cartas raras, Quizá fumando, o muriendo... si, seguramente esperando. Y es la espera la muerte, mientras te espero, me muero, y mientras no lo hago también. Seguramente estaria acostado pensando en cualquier cosa que termine y vuelva a empezar en tu centro, que me transporte mas cerca tuyo, me aleje de sirenas y demonios disfrazados y me relaje... a cada segundo me deshago, de huesos y sangre a polvo me voy secando, pues me falta tu agua. Porque si ya no quiero saberte, ni verte ni beberte... te extraigo de cada foto, cada recuerdo, como si cada una de ellas fuera una llave a tenerte 7 min mas, y me voy alimentando de fotos y cartas y cosas... pero aun no se que haré cuando te me gastes. - Francisco Granados Sáenz.